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Hay que ser radicales


Te gustará más o menos pero Podemos es el único partido que tiene la oportunidad de poner al sistema en aprietos. Otros más pequeños lo pretenden pero solo ellos lo tienen a tiro. A día de hoy, la caída del régimen y la regeneración democrática tendrían que pasar por sus manos. Podemos es necesario no solo porque ha sido el revulsivo que ha abierto una grieta en el monolito bipartidista y ha devuelto a la ciudadanía la esperanza de cambio, sino porque aún tienen la posibilidad de asaltar el poder para intentar transformarlo. Hasta dónde están dispuestos a hacerlo, esa es una duda que sus propias dudas han generado y una de las razones de su pérdida de fuelle. Cómo recuperarlo, si aún es posible, ésa es la cuestión.

Las causas del desfondamiento de Podemos son conocidas. La feroz campaña de acoso y desprestigio mediático en torno a Venezuela, ETA, las cuentas de Monedero y la beca de Errejón les ha hecho daño. Pero no tanto porque haya asustado a algunos votantes sino sobre todo porque ha asustado a Podemos. Es mucho más fácil decirlo desde fuera que bajo el ataque de la jauría, pero creo que ese fue el error: acusar el golpe, echarse atrás, moderarse, buscar excusas y esconderse. Reaccionar como reaccionan ellos y reaccionar a lo que ellos dicen. Renunciar a lo que te hace fuerte, te hace parecer débil y el electorado no perdona las debilidades, quiere ganadores. Podemos empezó a perder terreno entre los votantes cuando perdió terreno ante sus atacantes y cuando mandaron a sus bases a los cuarteles, lo que desmoralizó a parte de la tropa y dejó a los líderes a merced de los cañones.

A partir de ahí empezó a hacer mella la guerra de desgaste. Antes era un partido ofensivo al que no le importaba ofender y hacía daño, ahora están a la defensiva, parece que estuvieran dolidos y tuvieran miedo de molestar. Empezaron marcando la agenda y ahora se la marcan a ellos. Lograron poner sobre la mesa cuestiones de las que no se hablaba y ahora parecen invitados en la mesa que ya estaba puesta. Han pasado de ser proactivos a ser reactivos, de ser vanguardia a batirse en la retaguardia, de ser nuevos a parecerse a los partidos a los que quieren sustituir, como dijo Monedero antes de levantar el vuelo. Han perdido la frescura, añadió. Antes daban siempre el primer golpe, ahora hay veces que parecen un boxeador sonado devolviendo golpes al aire cambiante de las encuestas, como si fueran un programa de televisión.

Ellos que entendieron como nadie la importancia de los medios para marcar el paso han acabado presos de la estrategia de los medios. De las audiencias y las encuestas. Pues todos los sondeos muestran que tanto giro estratégico y electoralista está mareando a los votantes que ya tenían y a los que podrían tener. Precisamente ellos fueron líderes de audiencia cuando le dieron la vuelta a la programación, cuando sorprendieron al espectador y le hicieron cambiar de canal. Podemos revolucionó la política española cuando fue revolucionario. Ahora quiere ser socialdemócrata. Por querer ocupar el medio puedes quedarte a mitad de camino en la mediocridad. No puedes gustar a todo el mundo, como dijo Pablo Iglesias el martes en la presentación de su programa para las autonómicas, así que deja de intentarlo.

El nuevo programa refleja esos tiras y aflojas que hay dentro del partido y que han forzado la dimisión de Monedero. Aunque sea una victoria de la moderación que representa Errejón, propuestas como la subida de impuestos a los más ricos o la dación en pago muestran que aún tienen fuerza los que tiran hacia un cambio más drástico. Creo que la clave para que Podemos remonte es que esa corriente centrífuga sea más fuerte que la centrípeta. Mucho me temo que las autonómicas no les darán un resultado muy satisfactorio. Espero que sirva para que Podemos vuelva a intentar ser peligroso para el sistema con propuestas más audaces y para darse cuenta de que necesita unirse a otras fuerzas de izquierda si quiere ganar. Ya nadie duda de que Podemos es un partido izquierdista y creo que el votante lo vería como una unidad necesaria para el cambio. Decía Iglesias que el cielo se toma por asalto. Hermosa frase que no se ha aplicado así mismo pero es cierta. La única forma de cambiar el sistema es siendo antisistema.

Para proponer lo mismo que hay, ya tenemos a los que están. No puedes presentarte como el cambio frente al recambio si no propones un cambio radical. Ahora hasta EL PAÍS les llama tibios. Hay que ser radicales. Literalmente: volver a la raíz. Al origen de Podemos cuando los círculos aún tenían la responsabilidad de poner la gasolina que tirase del carro. Ser originales. Ese fue el gran acierto de Podemos. Era novedoso, distinto, valiente, incluso temerario. No tenía miedo y daba miedo al poder. También era utópico. Y qué. Tampoco los que hacen promesas realistas han cumplido ninguna. Ya se ocupa la realidad de dejarte a medio camino así que hay que aspirar a horizontes lejanos. Para eso sirve la utopía, como decía Galeano, para caminar.


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