“Yo soy optimista. La humanidad no tiene futuro”
Entrevistamos a Julián Hernández, líder de Siniestro Total, en nuestra carnicería sonora, que además de componer canciones se lanza a escribir novelas. “La primera y sin duda la mejor” nos dice entre risas. Nos metemos en el cerebro de Julián Hernández, queremos llegar hasta su “Sustancia Negra”, nombre de la novela que narra las aventuras de Insecto Palo, su protagonista. ¿Qué es la Sustancia Negra?
Es lo que hay en el cerebro que genera la dopamina. Para que las cosas vayan medianamente bien, si llegas hasta ahí las cosas empiezan a ir verdaderamente mal. Porque, y es curioso, en Aragón cuando dicen que alguien es muy soso, dicen que es un “desustanciao”, que le han sacado la sustancia negra.
Que es más o menos lo que hace el protagonista de esta aventura, tu primera novela
La mejor de todas, eso lo puedo decir sin dudar, es la mejor novela que he escrito en mi vida. Aunque ya había escrito alguna cosa de ficción, fanzines, todo muy esporádico y de vez en cuando, pero esta vez me han obligado, casi es autobiográfica la novela. Es una novela que consiste en un secuestro, a mí mi editora, Belén Bermejo de Espasa, me dijo que había que escribir esta novela como fuera y no pude decir que no.
¿Tenías esta disparatada historia en tu cabeza ya pensada?
Tal cual acaba no, pero ya tenía un montón de carpetas con ideas por ahí y cuando hablamos de hacer esta novela, entonces empecé a revisar todo lo que tenía. Y aún así se me han quedado cosas fuera.
Parece que has conseguido meter todo un universo no te creas
La vida, el universo y todo lo demás he conseguido meter, eso sí. Especialmente todo lo demás.
Hay elementos que no son comunes en una novela, ¿querías hacer algo totalmente rupturista? ¿cuál fue el plan inicial?
El plan era haber contado la historia de un escritor primerizo que escribe su primera novela, una cosa así, pero me dije sino una historia sobre templarios y mensajes secretos…pero al final fui encajando un poco una serie de ideas, pero tenía que tener un esquema general y mandé una sinopsis que ni recuerdo ahora mismo. Sí que había ideas más o menos relacionadas con la historia final pero hubo que ponerse a hacer la historia.
¿Qué querías contar?
Realmente una de las cosas que quería contar era la caída de occidente, una cosa normal, el apocalipsis, lo típico, contarlo en condiciones. Esa es la subtrama en realidad, porque en el exterior del edificio donde se desarrolla la historia se hunde occidente a raíz de unos hay cuadros que hay en los sótanos del Vaticano acaba hundiéndose occidente, bombardeos, follones, bombas atómicas por todas partes, un espectáculo como las fiestas de Cambre más o menos.
¿Está apunto de hundirse occidente o ya se ha hundido?
Yo creo que está bastante tocado, pero esto es como el juego de los barquitos, tocado pero no hundido. No tardará, yo soy optimista, la humanidad no tiene futuro. Acabemos con esta farsa como sea.
¿Qué significa cachaverosódica? Porque es un término que empleas en la novela
Esa palabra es un problema porque era una palabra que yo tenía interiorizada, la utilizaba mi padre, si de repente ocurría una cosa extraña o lo que fuera, decía “es realmente cachaverosódico”. Yo lo entiendo perfectamente, pero de repente alguien me dijo que no, que esa palabra no existía y entonces empecé a buscar y efectivametne no existe, no está en ningún diccionario. El problema está en que yo me dije “Coño, tengo que preguntarle a mi padre”, pero es que resulta que mi padre se había muerto, entonces se ha llevado a la tumba el origen de cachaverosódico. La cachaverosodia es un misterio, aunque hay algunas cosas que se pueden entender como cachaverosódicos, es un concepto como la realidad entendida como absurdo y el absurdo tomado como realidad. Por ejemplo sería colocar un discurso a un orador y que el orador leyera las acotaciones.
El “fin de la cita”. Rajoy entonces es un ser cachaverosódico
Sí, el problema es que cachaverosódico no califica moralmente las cosas.
A mí me parece casi evidente que el protagonista tiene mucho de ti
Bueno, no lo sé, igual sí. En alguna cosa sí, lo que pasa es que él tiene unas aventuras que yo no soñaría jamás. La verdad es que maldita la broma, sin querer hacer spoilers, pero él realmente es un tipo muy cruel, bastante más frío que yo, y además es capaz de ser educado y correcto en el ascensor de su casa, pero luego lleva a cabo atrocidades que realmente son muy duras.
El típico vecino que todos decían que era un buen vecino y siempre saludaba, ¿no?
Sí, lo que siempre se dice “¡oh!, pero si era muy educado” y luego eran unos terroristas que han volado, el acueducto de Segovia
. ¿Los tipos corrientes son los que viven las grandes aventuras?
Igual es más bien el concepto de antihéroe, el tipo corriente que vive las grandes aventuras. Supongo que el héroe se ha quedado sencillamente en el terreno del superhéroe, todos los demás somos, son, tipos corrientes.
¿Por qué este personaje? ¿Te inspiraste en alguien? Realmente, el nombre Insecto Palo, el bicho en sí ya me parece fascinante y en realidad el personaje no se acaba de describir, un poco como en “Alien” y yo estaba pensando si no será una humanización a la manera de Walt Disney. Pero tampoco lo tengo nada claro porque no creo que el ratón Mickey sea como un Insecto Palo, pero en todo caso no se le describe del todo, lo que sí tiene que ver quizá con el carácter del ciudadano, es el género al que pertenecen los fásmidos, que viene de la palabra phasma en griego, “aparición” o “fantasma”, directamente el camuflaje.
Por esta referencia a insectos y la ambientación del principio de la novela a mí me recordó directamente a la “Metamorfosis” de Kafka
Sí que tiene algo que ver, y de hecho la metamorfosis tendría que ver con esto, quizás sería una explicación, lo que pasa es que en Kafka no está tan claro. Aunque incluso para la portada lo habíamos pensado, directamente fusilar la metamorfosis.
¿Te reíste leyendo tu novela? Más que reírme estaba sorprendido, quién había escrito aquello.
A pesar de una novela divertida, ¿no es una novela pesimista?
El poso pesimista siempre está. El humor no tiene que tener ese poso ñoño y con ponies de color pastel por todas partes. Sí que hay una parte oscura detrás del humor negro, que al final acabas viendo que las cosas no son tan oscuras. Aún así el horror puede ser muy divertido, de hecho aquí nos reímos muchas veces de cosas que no tienen maldita la gracia, como lo de Rita Barberá y el caloret. No tiene gracia pero nos reímos a carcajadas, no tiene gracia lo del Candy Crash o el Frozen en el Congreso. No tiene gracia pero nos reímos.
¿La gente con un gran humor sois en el fondo grandes pesimistas?
Supongo que sí, que no queda más remedio, quizás sea el humor un sistema operativo y un remedio para sobrevivir porque esto es el horror.
¿El horror que vivimos en nuestro país te hacen más reír o te enrabietan?
Son las dos situaciones, primero hay una que es la carcajada y luego te lo piensas y dices “uy, esto es muy gordo”. Se te queda la sonrisa quebrada de Mafalda.
¿La prensa está haciendo mucho daño en un país como el nuestro?
Hay un libro, que para mí es de terror, “Papel Mojado” que editó la revista Mongolia, que cuenta cómo la prensa ha caído en manos de sus acreedores que son los que mandan. La libertad de prensa en España corre grave riesgo. Siempre tenemos los nuevos medios de Internet, pero no nos equivoquemos, los grandes medios son muy poderosos.
¿Están haciendo mella a la posible regeneración de este país?
Es curioso porque se apela a la estabilidad cuando todo es inestable. La materia es inestable, el universo es inestable, todo lo demás es inestable. Se supone que tenemos que permanecer siempre como veníamos estando, pero a la gente también le gustan los magnicidios y los grandes desastres, algo tiene que pasar para que la gente se sienta viva.
¿Crees que podemos hacer algo más como ciudadanos para recuperar el poder?
En ciertos márgenes sí es posible y que hay auto-organización. Pero también eso significa un riesgo, que nos auto-organizamos cosas como bancos de comida por ejemplo, para que todo el mundo tenga acceso a la comida. Eso es cojonudo pero también conseguimos que el estado se desentienda de sus funciones, es un arma de doble filo. Hay que hacerlo, no queda más remedio, pero por otro lado estamos dejando que el estado no haga su trabajo. Es verdad que por lo menos reaccionar y salir a la calle es muy importante, a pesar de las leyes que nos imponen con disculpas como lo de Charlie Hebdo. Está enseñando la cara el estado policial que siempre fue.
DEJA UN COMENTARIO